Tic-toc, tic-toc, tic-toc
Resuena en mi cabeza el movimiento de las agujas del reloj. Miro el cielo esperando a que se caiga. Lo veo todo borroso. Seguramente por las lágrimas que mojan mis ojos. No puedo moverme, tan solo tiemblo y recuerdo. Recuerdo el momento en que estaba al borde del precipicio, asomado. Entonces, confiaba en que tus brazos me agarrasen. Pero te han fallado. Sin quererlo, tus brazos no respondieron, y tus pensamientos, se hicieron fuertes, tan fuertes, que consiguieron que mi cuerpo se precipitara al vacío más inmenso…
No te culpo en absoluto. Sé que tu intención era sujetarme, no dejarme caer. Ahora confío en que allí en suelo, frío, donde me hallo paralizado, vuelva a ver tu cara. Me conformaré con ver tu sonrisa, como sabes que me encanta. Pero quiero que tengas claro, que por mucha altura a la que pueda caer, nunca dejaré de lucharte e intentar hacerte el ser más feliz de este planeta.
Y así, estás lágrimas que hoy cayeron sobre mí, no sean nada más que la fuerza que me permita seguir. Seguir intentando hacerte feliz
"El ruido del adiós, revienta en mis oídos. Que alguien detenga mis latidos.... Resuenan con dolor y tiemblo de tristeza..."