sábado, 28 de mayo de 2011

Fuegos artificiales


Muéstrame los colores, las sombras y los rincones que esconden tus quejidos. Aquellos que le susurran levemente a mis sentidos… Que vuelvan los madelmans que hacen slalom por mi cuello, aquellos momentos, de buscar y no querer encontrar el bus… sí eso, el bus.

Me sonrojan los colores, las emociones y las sensaciones que despiertan tus caricias en mi piel. Tu dedo con mi dedo cuando juntamos nuestras manos. Los abrazos que paran los momentos. Has parado el carrusel, puedes detener el tiempo.

Y sí, sé que es poco el tiempo. Escasos los encuentros. Pero también sé que no eres nadie.. que no eres cualquiera.. hoy sé que eres esa sombra translucida.

Bienvenido a mi

martes, 17 de mayo de 2011

Sombras



Bienvenida sombra traslucida. Curiosa silueta que asoma la cabeza por mi puerta. Avanza inquietante y siéntate junto a mi. No te conozco, pero este soy yo. Ahora por favor, apaga las luces, no soporto que me vean llorar. Sé quién eres y a la vez eres desconocido. Te voy a contar el qué.

A menudo me esfuerzo. Miro las cosas sin el cristal emocional. Procuro de sentir cada una de las palabras, cada gota de lluvia y cada rayo de sol. Dibujo monstruos en el aire para ver como se esfuman sin dejar rastro. Y así, intento disfrutar de las pequeñas joyas ocultas de la vida. Simplemente mirando al mar, me evado.

Aislado en mi, me esfumo.

Ahora que ya sabes quién soy, dejo que te vayas, para regresar cuando estés preparado. Cuando quieras dejar de ser silueta y quieras ser persona, bienvenido. Te espero

Volaron las cenizas


Seis años después, vuelvo a ti, olvidando la absurda consideración de apartarte de mi tras el dolor. Y entonces, recoges el arma más poderosa que un día te di, el amor. Aquel que es capaz de crearte y de destruirte. Lo empuñas sin ningún tipo de consideración, sin tan solo fijarte en aquel primer beso, aquellas noches en horas frías frente al ordenador, las llamadas absurdas y los planes de vacaciones. Y amenazante te acercas a mi. No haces más que advertirme que no tendrás reparo en atacarme, que ya nada queda. Pero yo, ingenuo de mi, creo saber quien eres. Creo saber que no serias capaz de destruir a la persona que te ha querido. Y así, aguardo en mi posición intentando disuadir tu actitud con recuerdos de sonrisas y tardes de paseos. Al fin, cual asesino con su victima o cual San Jordi con su dragón, te limitas a usar tu arma y destruirme.

Agonizando los últimos suspiros te sacias diciéndome que no te importa que lo que me dices me duela. Que no te importa que esté sufriendo. Y que ahora, soy problema.

Adiós Dani, adiós canción sin emoción...

...ahora me permito el lujo de observar tu pelo raro y creo que fumas demasiado...