¿Cómo me tengo que sentir? Hoy se que ya has vuelto, que estás aquí. Hoy te he visto. Aun no me has llamado, pero sinceramente dudo que lo hagas. En parte mejor, porque me dueles tanto que no quiero volverte a ver, ni tan solo escucharte. ¿Cobarde por mi parte? Quizás sí. No sé que siento por ti. Por un lado añoro los momentos, las sonrisas, las llamadas, los mensajes, las voces, las miradas, las caricias,… Pero por otro lado siento una terrible rabia hacia ti. Me he dado cuenta por fin de que me has engañado, mentido, utilizado e incluso burlado de mí. Eres realmente despreciable. Me has hecho mucho daño. No has sabido ser el “adulto” que dices que eres. Has sido inmaduro, egoísta y desconsiderado.
Hoy valoro lo vivido y me doy cuenta de que este principio de año ha sido el peor de mi vida. He llorado tanto… Me he encerrado en mí mismo y te he querido como nadie nunca lo hizo y supiste verlo y te aprovechaste como no debiste hacerlo.
Pero ahora quiero darte las gracias. No solo por enseñarme a odiarte, sino porque “gracias a ti” hoy conozco a una persona a la que le he cogido muchísimo cariño y a la que le debo muchas momentos. Una persona que hoy me ha demostrado otra vez que está ahí para lo que necesite.