A veces me gustaría entrar dentro de ti para sentir como sientes, para saber lo que sabes, para ver lo que ves y escuchar lo que oyes. Para saber lo que hablas y lo que callas. Si te emocionas al hablar del mar. Si te gusta sentarte i dejar que la brisa te acaricie mientras juegas con tus dedos, mientras te hablo.
Otras veces valoro que en mi “no saber”, se guarda la belleza, la sorpresa. El poder deducir con tan solo mirarte lo que no te atreves, pero querrías decir. Ver cómo te emocionas escuchando a las gaviotas, y a esos pájaros negros que rondan por la ciudad. Notar cómo se eriza tu piel mientras oyes una canción de amor. Y como muchas veces ignoras que lo que lees, es para ti.
Al final, me quedo sin entrar. Pero me quedo con el descubrir, con las sensaciones y con las emociones que despiertan en mi, tus ojos.