Dejo caer las palabras que se adhieren a mis sentidos cuando pienso en ti, y al caer perforan el papel y justo antes de estallar retoman el vuelo cual mariposas para evadirse y llegar al súmmum de las emociones y sensaciones. Es como sentir que cada molécula de aire, te atraviesa y deja tras ella, la estela de cada una de las letras que calan en mí y producen una sonrisa. Cada átomo de nitrógeno, hidrogeno y oxigeno, se quedan en mí, junto a aquellas letras que se guardan en el lugar. Ese lugar impenetrable. Ese lugar donde guardo mis más débiles preocupaciones, mis más sentidos miedos y donde nunca nadie puedo entrar más que yo. Ese lugar, intangible, volátil y ciertamente desubicado en mi ser. Ese lugar del cual, tu eres, el guardián de llaves.
martes, 29 de marzo de 2011
El guardían de llaves
martes, 22 de marzo de 2011
Al y la liebre
Describir el sentimiento, las emociones y los momentos, y resumirlos en palabras. Palabras que caen sobre el papel intentando dibujarte. El sol, el mar, la brisa, tu mano y mi mano, tus ojos, tu respiración, esa calada, el silencio, el beso, tus latidos, tu sonrisa y mi sonrisa, tu barba, tus pasos, tus manías y la derecha, los enfados y las reconciliaciones, las horas que son segundos, los paisajes, la gente y los perros, el aire, los tropiezos y bostezos, el reloj que hace tic-tac y se detiene, los interminables caminos que al caminar detienen al caminante, el correr y el dejarte atrapar, los cuentos, la tortuga y el cordero, ¿y la liebre?, las hamburguesas y los Ronald’s, los bajitos, los viejos y las escaleras, los mordiscos, el gorro, la chaqueta y los guantes, el despertar y el dormir, los autobuses y rodalies, el chocolate y no el café, subrayadores y fotos, libretas y hojas, verdades, …
En fin, imposible describir, imposible recrear lo que me hace sentir. Por fin, encontré a mi “Chico Fabuloso”.