jueves, 25 de agosto de 2011

Pregúntale al Polvo

Mi voz encogida es incapaz de pronunciar palabra. Mis manos temblorosas me impiden escribir a pluma lo que siento. Mis ojos, inundados de frías lagrimas, hacen imposible ver con claridad el papel que empapan. En mis oídos, retumba Canción Incierta. Sistema cerrado, mente ausente incapaz de ordenar los estímulos recibidos. Cuerpo inerte que yace sobre una cama mirando al techo con los ojos cerrados. Dardos en el estomago y cabeza baja. Mi corazón, está latiendo demasiado rápido. Asustado.


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Pájaros que alzan el vuelo. Sobre el trasparente estanque,

que aparentemente alberga vida, polvo.

Tupido, impide ver el reflejo del alma ausente. Los ojos mareados,

descansan mirando al cielo buscando la razón, inexistente.

El cosquilleo del césped en tus tobillos, inquietante e irritante.

Remueves el estanque en busca del reflejo. Polvo

Y dónde parecía haber agua, quedan las cenizas. Cenizas,

que fueron razón, césped… corazón.



Pájaros que alzan el vuelo, inexistentes.

A tu entender, imposibles. Caminares ausentes y distraídos.

Cabilas sentado cerca del estanque. Lanzas pan. Cabizbajo,

incapaz de contemplar, que son aves sin alas.

Aves que vuelan removiendo el polvo, dejando libre el reflejo.

Reflejo de un estanque aún revuelto.

sábado, 20 de agosto de 2011

Cuervos de Pico Negro



Sentado de nuevo en aquel extraño lugar, cojo la libreta, la pluma, y redacto lo que me susurra el mar.

He ido guardando en pedacitos bien pequeños, todos aquellos momentos y personas que ha pasado por mi vida. De cada uno, conservo lo mejor y lo peor. Lo mejor, lo guardo en mi para ser capaz de exteriorizarlo e intentar hacer sentir a los demás, como yo me sentí en su momento. Y lo peor, lo guardo en lo más hondo de mi. Lo guardo junto a mis miedos. Son todas aquellas cosas que algún día me hicieron daño y que hoy me ayudan a ser un poquito más fuerte.

Así, desgarro mi interior alejándome de todo aquello que algún día me hizo daño y lo parto de ti. Y todo aquello bueno, lo exteriorizo, te lo envío, ahora son tuyos. Las mariposas que un día revolotearon junto a mi, hoy están contigo, y a mi, me hacen sonreír. Puedo admirar el brillo en tus ojos, el esplendor de tu sonrisa.
Contento conmigo mismo. He sido capaz de volver hacerte sonreír. Ahora, vislumbras ante el mundo.

Pero estamos viviendo una vida que no es cercana ni justa. Todas las mariposas que tu des, la vida te las devolverá en forma de cuervos de pico negro. Así pues, lo fácil sería quedarse con los cuervos y dejar de desgarrarte constantemente intentando hacer a ese alguien especial un poco más feliz, porque al fin y al cabo, aunque sea muy a su pesar, te hace remover aquellos clavos que otras personas clavaron y que tu guardas junto a tus miedos.

Paradójica esta vida. Como dijo alguien en algún momento, en el amor, siempre pierde el que quiere más.

viernes, 5 de agosto de 2011

l'essència del deliri


Mai hagués pensat que paraules teves em faria mal. Bueno, sent sincer amb mi mateix, ja se que no és el primer cop que succeeix, però tot i estar davant de l’evidencia, vaig intentar negar la realitat i continuar creient que no eres més que un amic especial.


He jugat a ser jo mateix sempre, sense importar-me el que poguessis pensar. He sigut jo mateix en tant que he escoltat, comprès i donat resposta a totes les inquietuds de forma natural i despreocupada. No he sigut jo mateix en quant m’he cregut impermeable als teus sentiments. He caminat sobre una fina línia amb un abisme vertiginós amb la plena seguretat de que mai cauria. Y he continuat caminant per aquesta fina línia sense adonar-me’n de que ja havia caigut. Ja era sota la màxima caiguda del terraplè.


Ara des de sota, comprenc que no hi ha un espai per a mi allà baix. He de caminar per sortir. Al cap i a la fi, sempre he sabut que sota aquell abisme, no hi cabia. Ara sé que continuaré en aquell abisme, veient-lo des de dalt, però allunyat d’aquella terrible caiguda. Recaiguda que m’obligaria a separar-me d’aquell espai del que fa ja algun temps que estic encantat.


Els deliris d’alguna diva del soul anglès, van fer el seu particular show i van aconseguir despullar-me de tot el que hem cobria. Amagant les vertaderes emocions que neixen front a tu.


Així doncs, estirat al llit de l’hotel, amb la musica alta, deixo de mirar el sostre, m’aixeco, i miro per la finestra. Les paraules continuen allà, la platja ja fosca, no distingeix entre mar i cel, i jo, torno a encendre una cigarreta pensant que les paraules que mes dolen, son les boniques. Paraules d’un noi il·lusionat, paraules d’un noi enlluernat.

No són més que les petites coses de la vida que giren, giren i giren. Així, sense parar-se’n res, gaudim el dia a dia com ens ve de gust gaudir-lo.