domingo, 31 de agosto de 2014

La Primavera


L A  P R I M A V E R A 

Aquellos días llovió tan intensamente que sentía que el agua calaba hasta el fondo de mi corazón. Cada gota de agua fría era una pequeña aguja pinchando cada recuerdo. Pero la calma llega siempre después de la tormenta. Solo el tiempo se encargó de despejar el día. De volver a poner Sol donde habían nubes y a devolver la primavera al lugar donde le correspondía. Todo volvía a estar en su sitio, y aunque todo en blanco y negro, no costó pintar los rincones que habían oscuros o ausentes de arte. Las miradas volvieron a poner silencios, las palabras volvieron a ser innecesarias y en el cielo, volvía a estar esa estrella. 

Así, la primavera prometió no marcharse nunca más. Cierto es que se cernirán días nublados sobre la sierra, pero siempre llegará luz a los picos mas altos y calor a los valles mas hondos. El camino es sinuoso e irregular. Y a veces complicado. Pero ver el mundo viviendo en una cima donde reina la luz, merece la pena sufrir las rocas del camino. 

Así que yo, recojo en mi mochila las sonrisas, las miradas, intenciones y cariño (que es todo lo que necesito) y me aventuro a disfrutar de la primavera en la más alta cima de este camino que es el amor. 


Bendita primavera que llega y no quiere marcharse...