En la noche estrellada, yace encendida la Luna. Brilla
como el agua. Como aquella que fluyen bajo el subsuelo de aquel idílico
paisaje. Aquí, con la playa a los pies de tus montañas y los verdes bosques que
las visten, no perderse en la inmensidad del paisaje es sencillamente, algo
imposible.
Tras el sueño desvelado, la pluma del escritor. Intentando
completar lo que un día empezó a relatar. Historia sin fin de
innumerables capítulos, de final imposible, historia de amor inigualable.
Por fin, atrás quedan las montañas de polvo y surge el
agua. Fresca y llena de vida. Aun no puedo creerlo. Pero día a día me siento
más lleno. Es como tener una razón por la que despertar e involuntariamente, no
poder para de pensar en como hacerle un poquito más feliz. Es tener una razón
de ser día tras día.
Al final, cual búho, me camuflo entre los parajes de este
idílico Bagur. Sintiéndome tan puro, como cada gota de agua. Como cada mar
infinito. Como cada cada mirada. Como tú...
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