domingo, 8 de enero de 2012

Vértigo



Juraría estar en un paraíso infinito. Entre cristalinas aguas que rodean mi pequeña isla que un día tu conquistaste. Nunca solo frente a las tempestades pero en nuestro rincón, solo existimos tu y yo. Basta con tenerte cerca, sentado a mi lado sobre la blanca arena para darme cuenta de la inmensidad del momento. Soy incapaz de imaginarme un final. Quizás por miedo a hallar a monstruos y dragones allí donde terminan mis mapas, pero no le veo final. No puedo imaginarme nada sin ti. Quizás porque eres la razón por la que abrir los ojos cada mañana, por la que respirar valga la pena o simplemente por volver a ver esa sonrisa en tus labios.

Es como mirar el suelo desde un rascacielos tan alto, tan alto, tan alto, que podría tocar la luna con la punta de mis dedos. Pensar en el golpe al caer, es terriblemente doloroso y asusta solo de pensarlo. Desde la cima de ese rascacielos no se ve fin, y se que tu tampoco lo ves. Nunca construiré un paracaídas porque la caída no existe, no contigo al lado.

Mientras tanto, no pienso en más. Simplemente disfruto de mi día a día junto a ti. Sentados frente al mar, donde no hacen falta más palabras, que aquellas que arrastra la brisa que nos acaricia.

reflexión al invierno

que no exista el tiempo, que desaparezcan los relojes y que el universo, nunca más se mueva. Que tu mente se llene de recuerdos y vivencias si es necesario. Porque juro que el tiempo y la inexperiencia no será capaz de arrebatar lo que me mantiene vivo.

Juro delante del invierno, que mi mundo se oscurecerá si tu desapareces…

1 comentario:

John dijo...

Me recorda a mi fa uns anys... però ja fa temps que vaig decidir convertir-me en príncep. I heu preferisc.