El mar revoltoso levantaba el sonido apacible y
tranquilizador. Sobre la arena de nuestra playa, tu y yo. Tu, tumbado sobre mis
piernas divisaste el movimiento estelar. Yo, no podía dejar de contemplar tus
labios deseando rozarlos con los míos. Entre juegos y risas como de costumbre,
sucedió. Nos imantamos.
Desde aquel momento, nos hicimos grandes y conquistamos los
momentos con sonrisas; desde aquel momento, siempre me pierdo entre tu mirada;
desde aquel momento, me siento la persona más especial con solo abrazarte o
sentirte a mi lado.
No importaron las noches en vela, vergonzosos; la tentación
de morderte los labios ni el ocultar las ganas de más. Aquellas ganas
estallaron dando más momentos compartidos, y estos, el primer “te quiero mucho”…
Extraña mezcla de sentimientos en mi interior. Alivio, incredulidad, felicidad,
éxtasis, plenitud y ese algo que iba más allá de la amistad, fue liberado a tus
ojos para intentar hacerte sentir día tras día, que eres la persona más
especial. Él más bonito en todos los aspectos. Tras ese “te quiero mucho”, nos
fundimos en un abrazo infinito. El más sentido del mundo.
“La Luna levantó a las mareas y jugó con las estrellas.
Aquella noche le brillaban los ojos y se le podía intuir esa sonrisa tan
peculiar. Era la confirmación, el sí a mis dudas… Aquella noche al fin, sabría
que él era, mi Chico Fabuloso”
Gracias por existir mi ChicoFabuloso
2 comentarios:
^^ me encanta! Es tan dulce el texto y se titula "Mordiscos". Ñam, ñam :D
Saludos para ambos chicos fabulosos!
cuánta felicidad! me encanta, sigue así chico fabuloso
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