No seamos hipócritas. No intentes disimularlo, lo sabes.
Sabes que cada palabra, cada frase que te lanzaba, era un desgarro.
Arrancándolas de los lugares más escondidos. Y no, no las guardaba para hacer
daño. Aclaración absurda si conoces las migraciones de los cuervos negros. Se
que si.
Llegados a este punto, siéntate a reflexionar. Siéntate como
me senté yo ayer. Y no, no intentes buscar un culpable. No lo eres tú, no lo
soy yo. Simplemente, mira el mar como un día te enseñé, apóyate sobre los
pilares que un día te dije que eran los que realmente iban a aguantar, y
escucha el canto de los pájaros. Estoy seguro que sabrás escuchar, que detrás de
sus chillidos, se hayan las respuestas a tus incertidumbres.
Y por ultimo piensa que, si ahora caemos, es porque un día
fuimos nubes con la mente. Y que si algún chiflado aseguró que todo lo que sube
baja, yo, el otro chiflado, te garantizo que vuelve a subir, pero solo si tu
quieres.
Un, dos, tres, ya no están
2 comentarios:
uno sólo sube a lo más alto si quiere...
Dios, me encanta.
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