viernes, 18 de junio de 2010

Las luciérnagas tristes

El otro día escuchó en la radio que cuando dos personas que apenas se conocen quedan para tomar un café, es que existe una cierta atracción entre ellas. Bueno, si la radio lo dice… Pero él sigue pensando que no es así y en su experiencia se basa. Ambiguos siempre. La duda siempre entre los labios al hablar reflejada en el humo de un cigarrillo. Risas y fotos. Recuerdos de un pasado casi inexistente que reflejaba la falta de vivencias comunes. Hay un gato en el tejado que maúlla y los mira. La música gira y la noche se estira. Interminables tus dedos en la cuerda rota de esa guitarra agujereada. Entonces recuerda que cuando le miraste, creyó que le ibas a travesar, pero seguiste distante, sin penetrar. Su mirada envejeció. Él sigue cantando utopías, quién sabe, quizás algún día le sonría. Estos son líneas que caen sobre el papel intentando dibujarles.

Un por qué camuflado en ironía: Porque el mundo es una porquería.

2 comentarios:

Anne. dijo...

Me has dejado loca con eso de la atracción de dos personas que quedan para tomar café. Por que en cierto sentido, sí lo veo así. Aish, han pasado tantas cosas buenas, malas pero bah.
Es un feto de gato :D

Ullets dijo...

Pues esta porquería nos tiene bien enganchados, eh!!