lunes, 20 de junio de 2011

Time



El tiempo susurra en los vientos las incertezas que conducen a la espera. Una mañana te levantas y descubres que las flores, resignadas de esperar la nueva primavera, dejan caer sus pétalos ardientes al más hondo e incierto infinito. Infinito lugar dulce donde no yace el sentimiento. Infinito donde se ahogan las palabras.
Y callado, incapaz de pronunciar nada, me limito a contemplar el lugar. Sentado sobre aquellos viejos bloques de roca que impasibles escucharon como el tiempo les susurraba las incertezas de la espera. Mientras tanto, ves como impasible, la ciudad sigue moviéndose. Mientras me veo quieto.

2 comentarios:

Wendy dijo...

muevete!!!!!!!!!!!!!

A. dijo...

Que t'hi vegis no vol dir que ho estiguis :)