Dejo caer las palabras que se adhieren a mis sentidos cuando pienso en ti, y al caer perforan el papel y justo antes de estallar retoman el vuelo cual mariposas para evadirse y llegar al súmmum de las emociones y sensaciones. Es como sentir que cada molécula de aire, te atraviesa y deja tras ella, la estela de cada una de las letras que calan en mí y producen una sonrisa. Cada átomo de nitrógeno, hidrogeno y oxigeno, se quedan en mí, junto a aquellas letras que se guardan en el lugar. Ese lugar impenetrable. Ese lugar donde guardo mis más débiles preocupaciones, mis más sentidos miedos y donde nunca nadie puedo entrar más que yo. Ese lugar, intangible, volátil y ciertamente desubicado en mi ser. Ese lugar del cual, tu eres, el guardián de llaves.
martes, 29 de marzo de 2011
El guardían de llaves
Petites coses que et fan gran
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